Cuba en Resumen entrevista Frei Betto

Por Hedelberto López Blanch (*) / Colaboración especial para Resumen Latinoamericano Cuba.

Publicado em 12/04/2021 no “CUBA EN RESUMEN”

Cuba y Venezuela no se arrodillarán ante el imperio

Asegura en entrevista con Resumen Latinoamericano el teólogo brasileño Frei Betto

Los cubanos sienten gran admiración y respeto por el teólogo brasileño Frei Betto debido a su lucha por la defensa e independencia de los pueblos latinoamericanos y por la amistad que le ha profesado a la Revolución cubana.

Betto, cuyo nombre oficial es Carlos Alberto Libánio Christo es uno de los máximos exponentes de la Teología de la Liberación, prestigioso intelectual, filósofo, y escritor que ha obtenido numerosos reconocimientos a lo largo de sus 76 años de vida, dedicada a defender las ideas progresistas y a los movimientos de liberación de América Latina.

Ha escrito una veintena de libros entre los que destacan: Fidel y la religión (premio Juca Pato); Bautismo de sangre (memorias sobre sus cuatro años en cárceles de la dictadura militar brasileña); Entre todos los hombres (ficción, biografía no autorizada de Jesús); De las catacumbas (cartas personales); 1988: La noche en que Jesús nació, entre otros.

Betto tiene actualmente un nuevo libro destinado al pueblo cubano titulado: Cartas de la cárcel, La Habana, Editorial Caminos, 2019; asimismo labora como asesor de la FAO y trabaja en conjunto con el gobierno de Cuba en el proyecto Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional (SAN).

Resumen Latinoamericano entrevistó al destacado teólogo, también galardonado con el premio ALBA de las Letras, para conocer sus criterios sobre los procesos políticos, económicos y sociales que se desarrollan hoy en América Latina.

RSL.- ¿Cómo observa usted la situación de América Latina tras décadas de imposición de sistemas neoliberales?

Frei Betto.- Desde el éxito de la Revolución cubana, América Latina atravesó cuatro marcadas fases: dictaduras militares; gobiernos mesiánicos neoliberales (Collor de Mello en Brasil, Fujimori en Perú, Caldera en Venezuela, García-Meza en Bolivia, Menen en Argentina, etcétera) que fracasaron y han sido repudiados por los pueblos en las elecciones; gobiernos demócratas-populares (Lula y Dilma en Brasil, Chávez y Maduro en Venezuela, Kirchners en Argentina, Correa en Ecuador, Mujica en Uruguay, Evo en Bolivia), que lograron éxitos sociales y económicos, pero no todos han tratado de crear una sólida base de apoyo popular; y ahora tenemos una mezcla entre democracias socioliberales, como en México y Argentina, y ascenso autoritarista, cómo en Brasil, Chile, Colombia y El Salvador. Las políticas neoliberales no han resultado en mejores condiciones de vida para el pueblo, pero han beneficiado mucho a las élites.

Y ahora la pandemia agrava la extrema pobreza en el continente. Se estima que en 2020, 78 millones de latinoamericanos sobrevivían en extrema pobreza, 8 millones más que en 2019, o sea, 12,5% de los latinoamericanos viven en la extrema pobreza, y 33,7% en la pobreza. En total, según datos de la CEPAL, la cifra alcanza a 209 millones de personas, el mayor número en 12 años. La pandemia ha tenido también mucho impacto sobre el mercado de trabajo. En 2020 el nivel de desocupación ha subido a 10,7% (solo en Brasil a 14,7%), un alza de 2,6 puntos porcentuales en relación con 2019 (8,1%). Y los más afectados son mujeres, jóvenes e inmigrantes, lo cual explica el fuerte movimiento migratorio hacia Estados Unidos. La propia CEPAL aconseja a los gobiernos adoptar políticas de transferencia de renta para evitar empeorar la situación, pero en general no se adopta esas políticas o, como es el caso de Brasil, se adopta de modo cosmético, con limosnas que no permiten a la gente salir de la extrema pobreza.

RSL.- ¿De qué forman han afectado a nuestras naciones la actual pandemia de coronavirus y la enorme deuda externa que padecen? ¿Cree que surgirán nuevos gobiernos progresistas en la región pese a las amenazas y extorsiones de Estados Unidos?

Frei Betto.- Estoy convencido de que el pueblo latinoamericano ahora tiene nostalgia de los gobiernos democráticos-populares, lo que explica la posibilidad real de Luiz Inacio Lula de volver a la presidencia de Brasil en las elecciones de 2022, para desespero de BolsoNero (en relación al emperador romano Nerón). Y ahora con Biden, Estados Unidos va tener que cambiar su política para con nuestro continente, debido a la fuerte presencia de inversiones chinas en nuestras economías. Entre políticas neofascistas y mercado Trump optó por la primera. Biden seguramente va a preferir la segunda, lo que puede significar menos agresiones a las fuerzas progresistas.

RSL.- ¿Cómo analiza la gestión político-económica-ambiental y social del presidente Jair Bolsonaro en Brasil y cuál podría ser una solución futura para esa nación?

Frei Betto.- La solución inmediata tiene cara y nombre: Lula. El pasado 9 de abril, Brasil llegó a 350.000 muertos por Covid y 14 millones de infectados. ¡Un genocidio! Y en marzo la Amazonia ha sido desmantelada en 367,61 kilómetros cuadrados (dato del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales, órgano del gobierno federal). ¡El mayor índice histórico! BolsoNero es el típico exterminador de la democracia, del equilibrio ambiental, de los derechos humanos.

RSL.- ¿Según su criterio por qué han podido resistir los gobiernos de Cuba y Venezuela a los bloqueos económico-financieros lanzados desde Estados Unidos?

Frei Betto.- Por dos razones sencillas: Cuba y Venezuela tienen pueblos conscientes de su soberanía e independencia, jamás dispuestos a ponerse de rodillas delante del imperialismo. Y Estados Unidos ha aprendido en Vietnam que no es posible doblegar a un pueblo. Puede derrocar a un gobierno, como en Irak o Libia. Pero un pueblo siempre es una fuerza invencible. Y cualquier agresión a Cuba o a Venezuela significa tener que enfrentar la resistencia de todo un pueblo.

RSL.- ¿Cuál es su criterio sobre la Revolución cubana en estos 62 años de existencia, así como la ayuda médica que ha brindado a otros pueblos del mundo?

Frei Betto.- La Revolución es mundialmente conocida y admirada por su solidaridad global, los legados de Martí y de Fidel. Por esos motivos y otros más, las brigadas médicas cubanas merecen el Premio Nóbel de la Paz y, quizá, también el de la Medicina. En estos 62 años la Revolución ha logrado probar su resiliencia delante de las más duras presiones y sabotajes. Siempre confío en la capacidad del pueblo cubano de reinventar sus caminos de futuros, el modo de preservar y mejorar su ideal de sociedad capaz de compartir entre todos los bienes de la Tierra y los frutos del trabajo humano.

(*) Periodista cubano. Escribe para el diario Juventud Rebelde y el semanario Opciones. Es el autor de «La Emigración cubana en Estados Unidos”, «Historias Secretas de Médicos Cubanos en África» y «Miami, dinero sucio», entre otros.

Desmilitarizar o Brasil

O governo BolsoNero é um cabide de empregos para militares, com destaque para vários ministros, o vice-presidente e o próprio presidente, embora este tenha saído corrido das fileiras do Exército há mais de trinta anos. Os números variam, mas sempre apontam mais de 6 mil militares nomeados pelo Executivo Federal, além de ocuparem 30% dos cargos em empresas públicas, como o novo presidente da Petrobras. Seria esse um governo militar ou um governo dos militares?

A militarização, entretanto, não tem relação apenas com o número de fardados no governo. Trata-se de um processo em que valores, modos de vida, princípios e normas que orientam o mundo militar são transferidos para a administração pública, militarizando o Estado. Tão problemático quanto quem faz, é o como faz e por que faz.

O que significa militarizar a sociedade? A guerra como opção social e política não é algo inerente ao ser humano. A militarização da sociedade é o que permite a naturalização do militar, da guerra e das armas como alternativas à resolução de conflitos, seja no âmbito doméstico, seja na geopolítica internacional. Ora, sem a militarização as divergências não desapareceriam, mas a opção pela violência armada como forma de resolvê-las seria considerada repugnante e injusta.

A ditadura implantada em 1964 aprofundou a militarização da sociedade brasileira. Setores de Igrejas apoiaram e tiveram importante papel nesse processo, evocando o “Deus dos exércitos, Senhor da guerra”…

Baseados nessa leitura, valores militarizados se expandiram na sociedade, como a ideia de que vivemos dentro de marcos hierárquicos, e devemos conformar-nos com o lugar que ocupamos na hierarquia social: pobre (resignado), classe média (remediado), rico (desculpabilizado). É a legitimação da desigualdade social, ainda que flagrantemente injusta.

Outro “valor” é obedecer aos superiores (civis, religiosos etc.), sem divergir quanto às normas e regras adotadas. É a ideia de que as coisas sempre foram assim, e assim devem continuar. Em um mundo hostil é necessário competir para ganhar, ser combativo. O triunfo é estimulado em detrimento da relação solidária entre pessoas.

A militarização reforça a noção de que é preciso estar sempre vigilante diante de potenciais riscos e perigos que ameaçam a nossa sobrevivência. Para driblar o medo, é preciso ser agressivo, forte, viril, dominante, mesmo se isso significar ser machista e cruel.

Muitas vezes o adestramento militar atinge um grau de violência que induz à desumanização do outro. Alunos se tornam dispostos a matar seres humanos a partir da ordem de um superior, sem duvidar, discutir ou divergir. O sentimento de empatia com dores e desejos do outro é substituído pela relação amigo x inimigo. O discurso de ódio substitui o da alteridade. O inferno e o inimigo são os outros, daí ser preciso eliminá-los. Assim, a militarização de corações e mentes torna o outro invisível e desprezível, o que justifica a violência. É o perfeito antagonismo à noção de amar ao próximo como a si mesmo.

Desmilitarizar os espíritos e a sociedade requer priorizar a segurança humana com relação à alimentação, saúde, educação, acesso ao trabalho, respeito aos direitos humanos e ao meio ambiente. É reivindicar horizontalidade diante de relações hierárquicas, particularmente as que vitimam os mais pobres. E incutir solidariedade e respeito pelo diferente, diante do racismo e da xenofobia; senso de igualdade entre homens e mulheres, diante do sexismo das estruturas militares; e internacionalismo e cooperação enquanto valores nacionais.

Há que se retomar a bandeira da justiça e da paz, e da união entre povos próximos e distantes. E ousar olhar nos olhos do outro para perceber, no reflexo, que somos todos humanos, irmãos e irmãs.

Frei Betto é frade dominicano, jornalista e escritor, autor de “Cartas da prisão” (Companhia das Letras), entre outros livros.

Alfredo Bosi, um amigo

A proximidade de Ecléa e Alfredo Bosi com os frades dominicanos levou o casal a descobrir o Cristianismo à luz da Teologia da Libertação e, ainda na década de 1960, a se inserir em Comunidades Eclesiais de Base na periferia de São Paulo. Com muita frequência nos encontrávamos em eventos e jantares anfitriados, na Granja Vianna, pelo casal Yolanda e Yoshio Kimura, seus vizinhos.

Alfredo teve a paciência de ler e criticar os originais de alguns de meus romances. Pouco antes da pandemia fui visitá-lo, em companhia de frei Márcio Couto, a convite de sua filha Viviana, quando ele já se encontrava abatido pela perda inconsolável de sua companheira inseparável, Ecléa, em 2017. Deu-me a impressão de que havia se demitido da vida.

Bosi é uma das figuras mais importantes da história da literatura brasileira, escrevi no texto para a orelha do livro em sua homenagem, Reflexão como resistência (São Paulo, Sesc/Companhia das Letras, 2018). Homem afável e generoso, afetiva e efetivamente vinculado ao mundo dos excluídos (embora sua modéstia tenha impedido que esta faceta fosse mais conhecida), cristão progressista e membro da Academia Brasileira de Letras, ele foi agraciado com a merecida homenagem prestada neste livro. (…)

Bosi foi um monge das letras, um intelectual engajado, um amigo cordial. Seu sorriso translúcido, sua silente atenção frente ao interlocutor e sua erudição camuflada pelos “olhos redondos e humilhados, represados por lentes”, como o descrevia Ecléa, faziam dele um homem singular.

Em agosto de 2014, Alfredo participou, em São Paulo, do seminário de comemoração dos 40 anos do martírio de frei Tito de Alencar Lima. Em seu pronunciamento, ressaltou: “Pertenço à geração que teve o privilégio (e sofreu os riscos) de compartilhar um momento decisivo da história da Igreja no Brasil e na América Latina. Assistimos e vivemos intensamente a mudança de rumo de uma doutrina e de uma prática que tirou um alto número de cristãos do conformismo para animá-los a assumir um engajamento social e político que preconizava reformas estruturais e, no limite, aderia a um ideal revolucionário.”

Em Os trabalhos de mão, dedicado a Ecléa, (O Ser e o Tempo da Poesia. São Paulo, Cultrix, 1990), o que Bosi escreveu qualifico de pura proesia: “Parece ser próprio do animal simbólico valer-se de uma só parte do seu organismo para exercer funções diversíssimas. A mão sirva de exemplo. A mão arranca da terra a raiz e a erva, colhe da árvore o fruto, descasca-o, leva-o à boca. A mão apanha o objeto, remove-o, achega-o ao corpo, lança-o de si. A mão puxa e empurra, junta e espalha, arrocha e afrouxa, contrai e distende, enrola e desenrola; roça, toca, apalpa, acaricia, belisca, unha, aperta, esbofeteia, esmurra; depois, massageia o músculo dorido.”

“A mão tateia com as pontas dos dedos, apalpa e calca com a polpa, raspa, arranha, escarva, escarifica e escarafuncha com as unhas. Com o nó dos dedos, bate. A mão abre a ferida e a pensa. Eriça o pelo e o alisa. Entrança e destrança o cabelo. Enruga e desenruga o papel e o pano. Unge e esconjura, asperge e exorciza. Acusa com o índex, aplaude com as palmas, protege com a concha. Faz viver alçando o polegar; baixando-o, manda matar. Mede com o palmo, sopesa com a palma. Aponta com gestos o eu, o tu, o ele; o aqui, o aí, o ali; o hoje, o ontem, o amanhã; o pouco, o muito, o mais ou menos; o um, o dois, o três, os números até dez e os seus múltiplos e quebrados. O não, o nunca, o nada.” (…)

“A mão prepara o alimento. Debulha o grão, despela o legume, desfolha a verdura, descama o peixe, depena a ave e a desossa. Limpa. Espreme até extrair o suco. Piloa de punho fechado, corta em quina, mistura, amassa, sova, espalma, enrola, amacia, unta, recobre, enfarinha, entrouxa, enforma, desenforma, polvilha, guarnece, afeita, serve.”

“A mão joga a bola e apanha, apara e rebate. Soergue-a e deixa-a cair. A mão faz som: bate na perna e no peito, marca o compasso, percute o tambor e o pandeiro, batuca, estala as asas das castanholas, dedilha as cordas da harpa e do violão, dedilha as teclas do cravo e do piano, empunha o arco do violino e do violoncelo, empunha o tubo das madeiras e dos metais. Os dedos cerram e abrem o caminho do sopro que sai pelos furos da flauta, do clarim e do oboé. A mão rege a orquestra.”

“A mão, portadora do sagrado. As mãos postas oram, palma, contra palma, ou entrançados os dedos. Com a mão o fiel se persigna. A mão, doadora do sagrado. A mão mistura o sal à água do batismo e asperge o novo cristão; a mão unge de óleo no crisma, enquanto com a destra o padrinho toca no ombro do afilhado; os noivos estendem as mãos para celebrarem o sacramento do amor e dão-se mutuamente os anulares para receber o anel da aliança; a mão absolve do pecado o penitente; as mãos servem o pão da eucaristia ao comungante; as mãos consagram o novo sacerdote; as mãos levam a extrema-unção ao que vai morrer; a ao morto, a benção e o voto da paz. In manus tuas, Domine, commendo spiritum meum.”

Agora, Bosi, nas mãos de Deus, acarinha Ecléa. A paixão o arrancou desta para a outra vida. Morreu de amor.

Frei Betto é frade dominicano, jornalista e escritor, autor de “Aldeia do silêncio” (Rocco), entre outros livros.